Efectos del CBD en la piel: el análisis científico definitivo

Introducción El cannabidiol (CBD) es un cannabinoide no psicoactivo de Cannabis sativa que ha ganado interés en dermatología por sus potenciales beneficios para la piel. La piel cuenta con un sistema endocannabinoide (SEC) propio, con receptores cannabinoides (CB1 y CB2) presentes en queratinocitos, sebocitos, fibroblastos y células inmunitarias cutáneas​ A través de la modulación de…

Valeria Santamaría
14 de marzo de 2025
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Índice

Introducción

El cannabidiol (CBD) es un cannabinoide no psicoactivo de Cannabis sativa que ha ganado interés en dermatología por sus potenciales beneficios para la piel. La piel cuenta con un sistema endocannabinoide (SEC) propio, con receptores cannabinoides (CB1 y CB2) presentes en queratinocitos, sebocitos, fibroblastos y células inmunitarias cutáneas​

A través de la modulación de este SEC y otras vías celulares, se ha observado que el CBD puede influir en la homeostasis cutánea. En particular, estudios científicos sugieren que el CBD posee propiedades antiinflamatorias, efectos antienvejecimiento (principalmente antioxidantes), capacidades hidratantes (mejora de la función barrera) y potencial terapéutico contra el acné. A continuación, se presenta un análisis profundo de cada una de estas propiedades, respaldado por estudios clínicos y revisiones especializadas.

Propiedades antiinflamatorias del CBD en la piel

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El CBD exhibe marcados efectos antiinflamatorios en distintos modelos cutáneos. Diversos estudios in vitro han demostrado que el CBD modula la respuesta inflamatoria de la piel mediante múltiples mecanismos:

  • Reducción de citocinas proinflamatorias: En células sebáceas humanas estimuladas con mediadores pro-acné, el CBD impidió el aumento de TNF-α y normalizó la expresión de interleucinas proinflamatorias (IL-1β, IL-6), evidenciando una potente acción antiinflamatoria local​. De forma similar, se ha reportado que CBD reduce la producción de otras citocinas y quimiocinas inflamatorias en queratinocitos expuestos a estímulos irritantes, contribuyendo a mitigar la reacción inflamatoria de la piel.
  • Activación de vías antiinflamatorias y antioxidantes: El CBD puede activar rutas celulares protectoras. Por ejemplo, induce la expresión de Heme oxygenasa 1 (HMOX1) a través de la vía del factor de transcripción NRF2 en queratinocito. HMOX1 es una enzima con propiedades antioxidantes y antiinflamatorias que ayuda a contrarrestar el estrés oxidativo y la inflamación en la piel. Adicionalmente, el CBD activa el receptor nuclear PPAR-γ en células cutáneas, lo que conlleva a una disminución de la actividad de NF-κB (un factor central en la regulación de genes proinflamatorios). Estas vías combinadas otorgan al CBD un efecto citoprotector en la piel, reduciendo la inflamación y protegiendo las células cutáneas del daño.

Gracias a estos mecanismos, el CBD muestra potencial en el manejo de dermatosis inflamatorias. En modelos de dermatitis de contacto y atópica, los cannabinoides han demostrado modular la respuesta inmune cutánea y reducir mediadores inflamatorios​.

De hecho, evidencia clínica inicial sugiere beneficios del CBD en pacientes con eccema: en un estudio observacional con 20 pacientes de dermatitis atópica, la aplicación de un gel tópico con CBD durante 3 semanas redujo significativamente la severidad del eczema. Los pacientes experimentaron una disminución del índice POEM (Patient-Oriented Eczema Measure, que evalúa la gravedad del eccema) de un valor promedio de 16 a 8 (p < 0,001), acompañado de mejoría en la calidad de vida​

Asimismo, en un estudio clínico con un ungüento de CBD (enriquecido, sin THC) aplicado dos veces al día por 3 meses, se observó mejoría notable de las lesiones inflamatorias en afecciones como la psoriasis y la dermatitis, con reducción de los síntomas y de los índices clínicos (por ejemplo, PASI en psoriasis) sin presentarse reacciones adversas locales​

Estos hallazgos sugieren que el CBD, gracias a su capacidad para modular la inflamación cutánea, puede ser útil como agente antiinflamatorio tópico en diversas condiciones (eccema, psoriasis, dermatitis), aunque se requieren ensayos clínicos controlados más amplios para confirmar plenamente su eficacia.

Propiedades antienvejecimiento (antioxidantes) del CBD

Otro campo de interés es el efecto antienvejecimiento del CBD sobre la piel, vinculado a sus propiedades antioxidantes y a la promoción de la salud celular cutánea. El envejecimiento de la piel está estrechamente relacionado con el daño oxidativo, la inflamación crónica de bajo grado y la disminución de la capacidad reparadora de las células cutáneas. En este contexto, el CBD ha mostrado varias acciones beneficiosas:

  • Actividad antioxidante y protección celular: El CBD es un antioxidante que puede neutralizar radicales libres y reducir el estrés oxidativo en la piel. Estudios en queratinocitos humanos han demostrado que el CBD reduce la formación de especies reactivas de oxígeno (ROS) e incluso protege a las células de daños inducidos por radiación UVB y peróxido de hidrógeno​. Esta protección se da en parte vía NRF2/HMOX1, como se mencionó, y ayuda a prevenir el daño en lípidos de membrana y otras estructuras cutáneas que contribuyen al fotoenvejecimiento​. Al limitar el estrés oxidativo y la inflamación asociada, el CBD podría frenar procesos degenerativos que llevan a arrugas, manchas e irritación crónica en la piel.
  • Efectos en fibroblastos y síntesis de matriz extracelular: Los fibroblastos dérmicos son responsables de producir colágeno y elastina, fundamentales para la elasticidad y firmeza de la piel. Con la edad, estas células pierden actividad y entran en senescencia. Investigaciones recientes indican que el CBD puede rejuvenecer fibroblastos envejecidos. En cultivos celulares, concentraciones bajas de CBD (0,5–2 µM) estimularon el crecimiento de fibroblastos y redujeron marcadores de senescencia, como la actividad de β-galactosidasa, en células sometidas a envejecimiento prematuro​. Además, en pruebas funcionales, el CBD mejoró significativamente la capacidad de cicatrización de fibroblastos senescentes (ensayo de scratch), favoreciendo la regeneración celular. Comparativamente, tanto CBD como THC superaron a conocidos compuestos antiedad (metformina, rapamicina, resveratrol) en la mejora de la cicatrización en fibroblastos humanos envejecidos​. Estos datos sugieren que el CBD potencia la renovación celular y la reparación tisular, lo que podría traducirse en una piel de apariencia más joven y saludable.
  • Evidencia clínica en la reducción de arrugas y mejora de la piel: Si bien la mayoría de evidencias antienvejecimiento provienen de estudios preclínicos, ya existen algunos ensayos en humanos que arrojan resultados prometedores. Por ejemplo, en un estudio clínico piloto (2023) se evaluó una crema facial con CBD combinado con eicosapentaenoico (EPA, un omega-3 antioxidante) en 33 individuos durante 8 semanas para tratar signos de fotoenvejecimiento. Los resultados mostraron una disminución significativa de las arrugas: se redujo el área y volumen de las arrugas tipo “patas de gallo”, así como el volumen de líneas finas, según mediciones instrumentalizadas. También se observó una mejora en la estructura dérmica (reducción del índice ecográfico de elastosis subepidérmica) y en las manifestaciones de daño solar (menos máculas rojas). Importantly, este tratamiento aumentó la hidratación en un 31% y la elasticidad en un 25% de la piel facial tras 56 días de uso​. Los participantes reportaron alta satisfacción sin efectos irritantes, lo que indica que el CBD podría integrarse en cosméticos antiedad de forma segura. Aunque en este estudio el CBD se usó junto con otro activo (EPA), refuerza la noción de que los productos tópicos con CBD pueden mejorar arrugas, firmeza e hidratación de la piel fotoenvejecida, apoyando su potencial como ingrediente antienvejecimiento. En conjunto, las propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y pro-regenerativas del CBD perfilan a este cannabinoide como un agente antienvejecimiento multifuncional, si bien hará falta más investigación clínica para aislar su contribución específica y optimizar su uso en terapias antiage.

Propiedades hidratantes y efecto barrera del CBD

Mantener una adecuada hidratación y función barrera es esencial para la salud de la piel, y el CBD también muestra efectos beneficiosos en este ámbito. Una piel bien hidratada implica un equilibrio en la retención de agua y lípidos en la epidermis, lo que previene la sequedad, descamación y la susceptibilidad a irritantes. El CBD podría contribuir a la hidratación cutánea de varias maneras:

  • Mejora de la función barrera (reducción de TEWL): Estudios clínicos han medido parámetros biofísicos de la piel tras la aplicación de CBD. En el estudio de Palmieri et al. (2019) antes mencionado, donde pacientes con afecciones inflamatorias usaron un ungüento de CBD durante 3 meses, se encontró una mejoría significativa en la hidratación de la piel y en su elasticidad, junto con una disminución de la pérdida de agua transepidérmica (TEWL). La reducción del TEWL indica que la integridad de la barrera cutánea mejoró, impidiendo mejor la evaporación de agua desde la epidermis. De forma consistente, en pacientes con dermatitis atópica la aplicación de una pomada con CBD resultó en una disminución marcada del TEWL (p < 0,001), correlacionada con mejoras clínicas en la severidad del eccema​. Esto sugiere que el CBD ayuda a restaurar la barrera cutánea en condiciones de piel seca e inflamada, aliviando síntomas como la sequedad y el prurito.
  • Estimulación de componentes hidratantes naturales: En modelos animales, el CBD ha mostrado activar factores que favorecen la retención de humedad en la piel. Un estudio en ratones sin pelo halló que la aplicación tópica de CBD aumentó la expresión de acuaporina-3, una proteína de los queratinocitos que forma canales de agua en la epidermis, lo cual se asoció a una mayor hidratación cutánea. La up-regulación de acuaporina-3 sugiere un mecanismo molecular por el cual el CBD podría mejorar la humectación de la piel desde dentro, incrementando el flujo de agua hacia las capas superficiales. Además, se ha propuesto que el CBD, al activar PPAR-γ y otras vías lipídicas, podría influir en la producción de lípidos epidérmicos (como ceramidas) que fortalecen la barrera cutánea, aunque esto requiere más confirmación.

En términos clínicos, la capacidad hidratante del CBD se refleja en mejoras de la sequedad y la comodidad de la piel. Un pequeño ensayo cruzado reportó que el uso diario de aceite de cáñamo rico en CBD vía oral mejoró la sequedad y picor en pacientes con dermatitis atópica, al aumentar los niveles de ácidos grasos esenciales en la piel​

Si bien ese resultado proviene de la ingesta y no de la aplicación tópica, destaca el papel de los cannabinoides en equilibrar la homeostasis cutánea. En general, los preparados tópicos con CBD (p.ej., sueros, cremas o aceites) suelen formularse en bases emolientes que también contribuyen a la hidratación. No obstante, los estudios citados sugieren que el CBD en sí aporta un valor añadido hidratante y reparador de la barrera, más allá del simple efecto de la base cosmética. Esto lo convierte en un ingrediente atractivo para el cuidado de pieles secas, sensibles o con alteraciones barrera, ayudando a retener la humedad y a restaurar la función protectora de la piel.

Eficacia del CBD en el tratamiento del acné

El acné es una afección común caracterizada por la obstrucción e inflamación de unidades pilosebáceas, con participación de sobreproducción de sebo, hiperproliferación de sebocitos, inflamación local y presencia de bacterias como Cutibacterium acnes. Dada la multifactorialidad del acné, los efectos seborreguladores, antiinflamatorios y antimicrobianos del CBD podrían resultar particularmente beneficiosos. Diversos estudios preclínicos han evaluado el impacto del CBD en factores clave del acné, revelando resultados promisorios:

  • Regulación de la producción de sebo: El CBD parece actuar como un agente “sebostático” natural. En un estudio fundamental, Oláh et al. (2014) analizaron sebocitos humanos (línea SZ95) y hallaron que el CBD por sí solo no alteraba significativamente la síntesis basal de lípidos, pero inhibía la sobreproducción de sebo inducida por estímulos lipogénicos externos. Por ejemplo, cuando las células sebáceas fueron tratadas con anandamida (un endocannabinoide que normalmente aumenta la producción de grasa), la adición de CBD contrarrestó este efecto de forma dosis-dependiente​. Lo mismo ocurrió frente a otras sustancias pro-sebo (ácido araquidónico, combinaciones de ácido linoleico con testosterona): el CBD normalizó la lipogénesis exacerbada, sugiriendo un mecanismo amplio de control sobre la actividad de las glándulas sebáceas. Este efecto “normalizador” es importante, ya que significa que el CBD reduce el exceso de sebo en condiciones hiperactivas sin interferir con la producción lipídica necesaria para la piel sana.
  • Inhibición de la proliferación de sebocitos: Además de moderar la producción de grasa, el CBD puede frenar la proliferación acelerada de las células sebáceas. En el mismo estudio, se observó que el CBD (1–10 µM) redujo la división celular excesiva de los sebocitos en cultivo, evitando que su número aumentara más allá del nivel inicial. Sin embargo, no indujo muerte celular a esas concentraciones, lo que indica que su efecto es antiproliferativo pero no citotóxico en condiciones normales. Solo dosis mucho más altas (50 µM) o exposiciones prolongadas provocaron apoptosis en estas células. Controlar la hiperproliferación de sebocitos es beneficioso porque en el acné las glándulas sebáceas tienden a agrandarse y renovarse rápidamente, contribuyendo a la formación de comedones; el CBD podría ayudar a mantener un recambio celular balanceado.
  • Acción antiinflamatoria en el microambiente sebáceo: El acné conlleva una respuesta inflamatoria en la unidad pilosebácea; las lesiones (pápulas, pústulas) se forman en parte por la liberación de citocinas proinflamatorias. El CBD, coherente con sus propiedades antiinflamatorias mencionadas, reduce la inflamación asociada al acné. Oláh et al. reportaron que el CBD bloqueó la elevación de TNF-α inducida por agentes pro-acné y normalizó los niveles de IL-1β e IL-6 en sebocitos expuestos a endotoxinas bacterianas​. Esto significa que el CBD puede atenuar la respuesta inflamatoria de las glándulas sebáceas frente a estímulos que típicamente disparan brotes de acné. Curiosamente, los investigadores sugieren que los efectos sebostáticos y antiproliferativos del CBD en sebocitos involucraron la activación del canal iónico TRPV4, mientras que sus efectos antiinflamatorios parecieron actuar por vías distintas (no mediadas por TRPV4). En conjunto, al reducir tanto la producción excesiva de grasa como la inflamación local, el CBD aborda dos aspectos centrales en la fisiopatología del acné.
  • Efecto antimicrobiano potencial: Un factor contribuyente del acné es la proliferación de C. acnes (antes Propionibacterium acnes) en los poros obstruidos, lo cual agrava la inflamación. Se ha documentado que el CBD posee actividad antimicrobiana de amplio espectro frente a ciertas bacterias. En el contexto del acné, un estudio in vitro mostró que extractos de cáñamo ricos en CBD pueden inhibir el crecimiento de C. acnes. Con un extracto de semilla de cáñamo al 20%, se logró una inactivación completa de C. acnes en cultivo. Si bien en ese estudio no se cuantificó la concentración exacta de CBD en el extracto (conteniendo también otros componentes de la planta), sí respalda la idea de que los extractos de cannabis (incluyendo CBD) tienen propiedades antibacterianas relevantes contra el microorganismo implicado en el acné​. Este efecto antimicrobiano, sumado a la reducción de sebo (que sirve de sustrato para las bacterias), sugiere un enfoque integral de CBD para disminuir la carga bacteriana en la piel acneica.
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En base a estas acciones, el CBD se postula como un tratamiento prometedor para el acné vulgar. Cabe destacar que actúa de manera multitarget: anti-seborreico, antiproliferativo, antiinflamatorio y potencialmente antibacteriano, abordando los cuatro pilares principales del acné. Sin embargo, es importante señalar que la mayor parte de la evidencia proviene de estudios preclínicos (cultivos celulares, modelos in vitro). Hasta la fecha, los ensayos clínicos en pacientes con acné son limitados. Un pequeño estudio piloto reportó que una crema con extracto de semillas de cannabis al 3% redujo ligeramente la producción de sebo y el enrojecimiento facial en hombres con acné​ pero dado que las semillas de cáñamo contienen cantidades mínimas de CBD, no está claro cuánto de ese beneficio se debió al CBD en sí. No se han publicado aún ensayos controlados de gran escala exclusivamente con CBD tópico para el acné, aunque compañías farmacéuticas han explorado formulaciones de CBD en fases tempranas. Una revisión reciente concluye que, si bien el potencial terapéutico del CBD contra el acné es prometedor, hacen falta más estudios clínicos robustos para validar su eficacia y determinar la mejor forma de uso​

El CBD ofrece mecanismos muy atractivos para el manejo del acné y resultados iniciales positivos, pero la comunidad científica espera más evidencia clínica antes de incorporarlo ampliamente como tratamiento de primera línea.

Resumen

En conjunto, las investigaciones científicas disponibles indican que el CBD ejerce efectos beneficiosos en la piel a través de múltiples vías complementarias. Sus propiedades antiinflamatorias se manifiestan en la reducción de mediadores proinflamatorios y en la modulación del SEC cutáneo, lo que puede ayudar en afecciones como eccemas, dermatitis y psoriasis​

Paralelamente, el CBD actúa como antioxidante y agente antienvejecimiento, protegiendo a las células de la piel del estrés oxidativo y fomentando la reparación del tejido; datos preclínicos muestran que revitaliza fibroblastos envejecidos y estudios iniciales en humanos evidencian mejoras en arrugas, elasticidad e hidratación de la piel fotoenvejecida​

En cuanto a la hidratación cutánea, el CBD ha demostrado fortalecer la función barrera (disminuyendo la pérdida de agua) y aumentar la humedad epidérmica, posiblemente estimulando factores intrínsecos como la acuaporina-3​ lo que resulta en piel más hidratada y menos reactiva. Finalmente, en el tratamiento del acné, el CBD destaca por su enfoque multifactorial: reduce el exceso de sebo, limita la proliferación de sebocitos, calma la inflamación folicular y podría inhibir el crecimiento de bacterias asociadas al acné.

Si bien estos hallazgos son respaldados por estudios in vitro, modelos animales, revisiones especializadas y algunos ensayos clínicos preliminares, todavía es necesaria mayor investigación para establecer protocolos óptimos de uso, dosis efectivas y seguridad a largo plazo del CBD en aplicaciones dermatológicas. Los estudios realizados hasta ahora sugieren que los productos tópicos con CBD son bien tolerados, sin eventos adversos serios reportados (por ejemplo, sin irritación ni alergias en estudios de hasta 3 meses)​

Esto, junto con su potencial terapéutico, posiciona al CBD como un ingrediente emergente en dermatología y cosmética. En los próximos años, se esperan resultados de ensayos clínicos controlados más amplios que confirmarán y delimitarán mejor las indicaciones del CBD en la piel. Por ahora, la evidencia científica acumulada respalda al CBD como un agente antiinflamatorio, antioxidante, hidratante y sebomodulador prometedor, con aplicaciones potenciales en el cuidado de la piel y el tratamiento complementario de diversas enfermedades cutáneas. Cada vez más dermatólogos e investigadores están atentos a estos desarrollos, con la esperanza de integrar al CBD de manera segura y efectiva en terapias cutáneas basadas en la evidencia​

Referencias Seleccionadas:

  1. Oláh A. et al. J. Clin. Invest. (2014) – “Cannabidiol exerts sebostatic and antiinflammatory effects on human sebocytes.” pmc.ncbi.nlm.nih.gov
  2. Baswan S.M. et al. Clin Cosmet Investig Dermatol. (2020) – “Therapeutic Potential of Cannabidiol (CBD) for Skin Health and Disorders.” pmc.ncbi.nlm.nih.govpmc.ncbi.nlm.nih.gov
  3. Palmieri B. et al. Clin Ter. (2019) – “A therapeutic effect of CBD-enriched ointment in inflammatory skin diseases and cutaneous scars.” pubmed.ncbi.nlm.nih.gov
  4. Maghfour J. et al. J. Drugs Dermatol. (2020) – Observational study on CBD gel in atopic dermatitis​pmc.ncbi.nlm.nih.gov.
  5. Cohen S. et al. J. Cosmetic Dermatol. (2023) – “In vitro, ex vivo, and clinical evaluation of an anti-aging gel containing EPA and CBD.” onlinelibrary.wiley.com
  6. Lee Y. et al. Int. J. Mol. Sci. (2023) – “Cannabinoids and Their Receptors in Skin Diseases” (Review of SEC in dermatology)​pmc.ncbi.nlm.nih.govpmc.ncbi.nlm.nih.gov.
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