Ácido glicólico vs. ácido salicílico: descubre cuál es el adecuado para tu piel

Descubre las diferencias entre el ácido glicólico y el ácido salicílico para encontrar el exfoliante adecuado según tu tipo de piel y necesidades, desde mejorar la textura y el tono hasta controlar el acné y la piel grasa.

Valeria Santamaría
30 de septiembre de 2024
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Índice

Al momento de elegir el exfoliante adecuado para tu piel, dos opciones populares suelen destacarse: el ácido glicólico y el ácido salicílico. Ambos son ampliamente utilizados en productos de cuidado de la piel debido a sus propiedades exfoliantes, pero tienen diferencias notables que hacen que uno sea más adecuado para tu tipo de piel que el otro.

¿Qué es el ácido glicólico?

El ácido glicólico es un alfahidroxiácido (AHA) que se extrae naturalmente de la caña de azúcar, aunque también puede ser producido en un laboratorio. Este ácido es soluble en agua, lo que permite una penetración óptima en la piel. Aquí te presentamos algunos beneficios clave y características del ácido glicólico:

  • Exfoliación superficial: El ácido glicólico trabaja principalmente en la capa más externa de la piel, eliminando las células muertas y revelando una piel más fresca y radiante.
  • Mejora la textura y el tono: Ayuda a corregir el tono desigual de la piel, reduce la hiperpigmentación y las líneas finas.
  • Adecuado para varias pieles: Es lo suficientemente suave para la mayoría de los tipos de piel, incluyendo piel normal, seca y madura, aunque puede ser demasiado intenso para pieles muy sensibles o reactivas.

¿Qué es el ácido salicílico?

El ácido salicílico es un betahidroxiácido (BHA) que se deriva de la corteza del sauce. A diferencia del ácido glicólico, es soluble en aceite, lo que le permite penetrar profundamente en los poros. Aquí tienes algunos aspectos destacados del ácido salicílico:

  • Exfoliación profunda: Puede disolver la grasa y las bacterias que causan el acné, reduciendo la inflamación y despejando los poros obstruidos.
  • Control del acné: Es especialmente beneficioso para pieles grasas o propensas al acné, ya que reduce la secreción de sebo y evita que las células muertas y el aceite queden atrapados en los poros.
  • Efecto antiinflamatorio: Tiene propiedades antiinflamatorias, lo que ayuda a calmar la piel y a acelerar la curación de espinillas y brotes de acné.

Diferencias clave

Solubilidad

  • Ácido glicólico: Soluble en agua, lo que facilita su penetración en la capa externa de la piel.
  • Ácido salicílico: Soluble en aceite, permitiéndole penetrar en los poros y disolver la grasa y las bacterias.

Profundidad de acción

  • Ácido glicólico: Actúa principalmente en la capa externa de la piel, mejorando la textura y el tono.
  • Ácido salicílico: Penetra más profundamente, exfoliando y despejando los poros, lo que lo hace ideal para tratar el acné y la piel grasa.

Tipo de piel adecuado

  • Ácido glicólico: Mejor para piel normal, seca, madura y para aquellos con problemas de hiperpigmentación y líneas finas.
  • Ácido salicílico: Ideal para piel grasa, mixta y acneica, debido a su capacidad para reducir la secreción de sebo y despejar los poros.

Cómo incorporarlos en tu rutina de cuidado de la piel

Inicio y ajuste

Comienza con concentraciones bajas y aumenta gradualmente para ver cómo tu piel tolera el producto. Esto es especialmente importante para pieles sensibles o maduras.

Protección solar

Es crucial usar protector solar después de aplicar cualquier tipo de ácido, ya que la piel puede volverse más sensible a la luz solar.

Combinación con otros productos

Aunque ambos ácidos pueden ser beneficiosos, usarlos juntos puede aumentar el riesgo de irritación. Si decides combinarlos, asegúrate de hacerlo con precaución y bajo la supervisión de un profesional de la salud.

Precauciones y consejos

  • Irritación: Ambos ácidos pueden causar irritación, especialmente en pieles sensibles. Busca formulaciones con ingredientes calmantes como ceramidas y niacinamida para reequilibrar la piel.
  • Consultar a un dermatólogo: Para obtener consejos personalizados, es recomendable consultar con un dermatólogo que pueda recomendar los productos adecuados para tu tipo de piel específico.

El ácido glicólico es ideal para aquellos que buscan mejorar la textura y el tono de su piel, mientras que el ácido salicílico es la mejor opción para quienes luchan con el acné, la piel grasa y los poros congestionados. Al entender las diferencias y beneficios de cada ácido, puedes hacer una elección informada que se ajuste a tus necesidades específicas de cuidado de la piel. ¡No subestimes el poder del conocimiento sobre estos productos y transforma tu rutina de cuidado facial!

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